jueves, 22 de febrero de 2018

Por qué me gustan las obras de Rumiko Takahashi (y 3).

8- No hay que obsesionarse con ser el más fuerte

Ya se nota en el anterior punto, pero creo que ya he repartido suficientes latigazos entre los fans más pesados de Juego de Tronos y de Harry Potter, así que voy a repartirlos ahora entre los seguidores de los clones de Dragon Ball, que los veo demasiado tranquilos. Una de las peores derivas de las historias actuales de hostias es la obsesión por subir de nivel, muchas veces acompañada de transformaciones cada vez más estrafalarias.

Pues tanto en Urusei Yatsura como en Ranma 1/2 no pasa nada si no eres el más fuerte. De hecho, esa actitud es parodiada. En el caso de Ranma 1/2, el único obseso con ser el más fuerte es el personaje que en la edición española se llamó Panti Bonico (¡La traducción era la hostia!). Y el chavalote, con tal de conseguirlo, llega a transformarse en ESTO:


Indudablemente, es el Chojin (sólo aquellos que sepan algo de Urotsukidoji pillarán la gracia).

En el caso de Urusei Yatsura, la más fuerte a puñetazo limpio es probablemente esta moza, Asuka Mizunokoji:

Pero la misma educación que la ha hecho sobrehumana, combinada con un desgraciado encuentro con Ataru, la ha hecho sentirse absolutamente aterrorizada de cualquier varón.


Mala combinación.

O no, espera... Sí, ahora lo recuerdo bien: su madre era aún más fuerte... Pero su única expresión facial es una sonrisa y sólo encuentra atractivos a individuos similares a su marido.


En contraste, el resto de personajes gana sus batallas de rigor con esfuerzo, ingenio y arrojo (y algunos huesos rotos). Pero su verdadero valor está en que, como héroes, se enfrentan a lo imposible. No necesitan tomar una bebida venenosa ni tener un misterioso linaje lleno de gente que era medio mono. En cierta ocasión Ranma fue capaz de derrotar a cuatro poderosos rivales estando bajo los efectos de una maldición que le había condenado a tener la fuerza de un recién nacido.


También es justo reconocer que Ranma se caracteriza por la rapidez.

Y en cierta ocasión en que Lamu fue secuestrada mientras estaba desprovista de sus poderes, dio una guerra increíble a los captores.


¡Duro con esos mamones!

Así que no, no es necesario estar buscando continuamente enemigos cada vez más duros para darle emoción a la trama (que luego cae por ciertos tópicos mil veces vistos).

9- El entorno importa.

Una de las peores sinergias entre la obra más conocida de Akira Toriyama, Dragon Ball, y los juegos de lucha fue la obsesión por reducir toda la acción de los mangas de acción a dos tíos ahostiándose. El entorno nunca influye para nada... Excepto si se da la tontería de luchar en un ring, que entonces caer del mismo supone la derrota.


¡Quién habría dicho que sería imitado hasta la náusea...!

Aunque eso sólo fue el caso mientras Dragon Ball no fue Z. Cuando todo quisque aprendió a volar, a luchar entre las nubes. Si no me equivoco, la última vez que el entorno tuvo importancia fue durante el arco de los androides.


No se preocupen, se salvó.

Pero no deja de ser una señal de lo reiterativo que se ha vuelto el género el hecho de que en los últimos años casi todas las luchas hayan transcurrido en terrenos desérticos dejados de la mano de Dios o, como dicen en mi casa, que queda a tomar por culo. Sería muy largo de explicar con detalle aquí, no obstante.

En cualquier caso, en la obras de Takahashi no es raro que el entorno influya en el transcurso de la acción. Se nota menos en Urusei Yatsura, menos centrada en peleas, pero ahí van sendos ejemplos de Ranma 1/2 e Inu-Yasha.



10- Los putos harenes

Y acabemos con una crítica a cierto subgénero de manga (otro día, ya con más tiempo, criticaremos el hecho de que el manga se esté transformando en un conjunto de nichos con menos aire fresco que una tumba faraónica) que se caracteriza por un chico rodeado por un harén, llamado por lo general "harem". Alguien podría decir que Ranma 1/2 es un precursor del "harem" porque el chaval tiene, involuntariamente, cuatro "novias". También se le podría achacar a Urusei Yatsura con razón que hay un exceso de tías buenas.

Pero lo cierto es que ambas obras dan a entender que ser mujeriego es un problema. No hablemos ya de intentar tener un harén. Fijémonos cuando Ataru comprendió que un harén es un emprendimiento económico de elevada dificultad (mi coach estilístico me ha aconsejado esa expresión en vez de "caro de cojones").


La vida está muy cara, Ataru (y si mantenéis a quince entre tú y Lamu, ni te cuento).

Ranma, por su parte, no tuvo la menor intención de tener un harén, pero por una serie de extrañas circunstancias se ha visto en medio de uno y se come todos los problemas que le trae.


Fijémonos en los amigos de Ranma.

En el primer punto comentábamos que Takahashi se reía del sexismo y era inevitable que saliera el tema del concubinato en un país en que la poliginia era lo más normal y que aún hay sorpresas entre sus jerifaltes... Pero, y como ha ocurrido con algunos seguidores de la ciencia-ficción a quienes molesta el tono político de algunas obras, resulta que algún antiguo lector despistado, autor de manga en la actualidad, no captó en absoluto este mensaje.

He perdido ya la cuenta del número de personajes, supermolones o pardillos integrales, que, mira tu por dónde, acaban rodeados de un montón de mozas que caen rendidas a sus pies, claro está. Y encima son guapas y molonas, claro está. Como los amigos de Ranma, los creadores de estos guiones no han pillado que el ser acosado por tías superfuertes sólo te enviará al hospital o te dejará sin casa (sí, también le pasó).

Pero lo más sucio es el recurso, propio de guionistas que en el fondo no son sino unos patanes para todo, de rematar la chorrada añadiendo a un pobre imbécil feúcho para que sea amigo del prota y establezca claramente quién debe ser el macho alfa.

Y con esto, finalizo esta serie de entradas. Quizás podría añadir más puntos, pero creo con diez hay un buen número, muy redondo.

P.D: Todas las imágenes proceden de KissManga.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Por qué me gustan las obras de Rumiko Takahashi (2).

5- Se expone el problema del choque de culturas y se valoran positivamente los intercambios

Lamu es una alienígena que, hasta cierto punto, es una representación humorística de la imagen que se tiene en Japón de ciertas estadounidenses: tiene el pelo de color raro (léase, distinto al negro o marrón muy oscuro), sus ojos son azules, es paliducha comparada con el resto de personajes y va casi todo el día en pelota picada. No sorprende que varias de sus costumbres parezcan rarísimas a ojos japoneses: la invasión de la Tierra se apostó en un enfrentamiento al pilla-pilla, su concepto de la moda suele consistir en cualquier motivo atigrado y cocina con más cacharros que una factoría siderúrgica. A nivel biológico también se las trae: no tiene frío aunque haya nevado, vuela, su bebida favorita es el tabasco (sí, he dicho tabasco), lanza descargas eléctricas y se emborracha con ciruelas confitadas.

Pero, una vez más, no es sólo fantasía: las costumbres de otros lares siempre resultan rarísimas. Su cocina nos puede parecer extraña. Ellos mismos pueden tener una apariencia muy peculiar. Y hay que entender que lo contrario es asimismo cierto: para ellos nosotros somos los raros, y no me refiero a una película bastante extravagante del 2007. Como aquella vez en que Ataru se bebió el colirio de Lamu y le pareció un zumo delicioso.

En el caso de Ranma 1/2, son Shampoo y el resto de personajes chinos los raros... Su representación es algo más negativa porque varios de ellos suelen ser el antagonista del arco de turno, pero como dije en un punto anterior, ninguno es un villano adimensional. De todos modos, ¿qué se puede hacer cuando encuentras a alguien cuyas costumbres son absolutamente diferentes a las tuyas? Pues introducirlo y ver si le gustan.

Y he aquí la sorpresa: esto debe de estar escociendo entre cierto grupo de americanos, afincados en la "izquierda", quienes ven como anatema que se compartan cosas entre culturas. Sí, en serio. Y todo parte, cómo no, de estos iluminados que se creen que todo en la vida se puede explicar mediante tuits y entradas de Tumblr. Pero quizás sea mejor que empiece explicando cierto concepto: apropiación cultural.

Este concepto intentaba definir las malas actitudes que dentro de una sociedad la cultura dominante puede tener hacia las minoritarias: una mezcla de arrogancia y de hacer de estas últimas un divertimento "étnico" (la palabra "étnico" debería estar en la basura, porque con franqueza no significa absolutamente nada). En la práctica, el concepto ha venido bien para denunciar hechos como vender vaqueros con la marca de "verdadera confección india", cuando tienen de eso lo que yo de bogomilo búlgaro.

Por supuesto, hay problemas, tres en concreto. Primero, como ocurre en realidad con casi cualquier concepto académico, la apropiación cultural es más difícil de identificar en casos complejos. Segundo, a veces se confunden los síntomas con la enfermedad. El hecho de que en el pasado algún berzotas se haya disfrazado con kimono para interpretar el repugnante estereotipo de un "chino", no implica necesariamente que cualquier no japonés tenga las mismas intenciones si se pone uno.


Además, cabrearse con una niña es el colmo del espíritu inquisitorial disfrazado de "justicia social".

El tercero es, ironías de la vida, una barrera cultural: el término "apropiación cultural" se emplea a mansalva en Estados Unidos y está influido por la cosmovisión americana, tan incompleta como otras, pero que al trasladarse a otras latitudes y longitudes da resultados esperpénticos. En América, hubo una segregación cultural fortísima, cuyos restos son todos esos discursos sobre las raíces, pero aquí en Europa imperó la actitud de "Me gusta esto, voy a copiarlo". Sólo en el caso español:

-El flamenco es de origen gitano.
-La religión es de origen beduino.
-La mayoría de nuestros idiomas son de origen latino.
-El vocabulario está especialmente influido por el árabe.
-Ciertas instituciones sociales proceden de las sociedades germánicas.

Dejémoslo ahí. En cualquier caso, algunos americanos parecen creer que todo elemento cultural tiene un carácter "étnico" fácilmente etiquetable (y he aquí la principal razón del odio que siento por la palabra). Ridículo ya de por sí, pero todavía peor cuando uno se da cuenta de que en América andan convencidos de que las etnias tienen que tener un color determinado... o que para aprender una lengua tienes que descender de los hablantes de esa lengua.


Un idiota de Internet le dice a alguien qué hacer con su vida. ¡Sorpresa!

En el boceto del texto original me extendía con cierto ejemplo bastante ridículo que ocurrió hace unos meses, pero prefiero abstenerme, entre otras razones porque casi, casi que me transformé en un escritor cipotudo. Sólo diré que tenemos ejemplos todos los días, desde gente diciéndoles a los japoneses que deben cabrearse con la adaptación de Hollywood de un manga hasta afroamericanos a quienes les cabrea que los egipcios no fueran tan negros como les han enseñado en ciertas universidades repletas de pseudoexpertos.

Así que para acabar y darle matarile a la cuestión, ¿es integradora Harry Potter? ¡¡Y una leche!! Hasta los propios fans de la saga admiten, bien con reservas, bien admitiendo la comicidad involuntaria, que los libros basan todo su encanto en que los magos son muy listos y los demás medio gilipollas. Habrá quien intente decir que se aborda el tema del genocidio que pretende Voldemort, pero no quita que el paternalismo del odioso niño inglés y sus compis de colegio sea para enviarlos a tomar por saco.

De Juego de Tronos ni hablo, pues se da a entender que ese mundo se constituyó tal cual es, sin comentar demasiado en intercambios culturales... De hecho, casi cualquier extranjero es un salvaje o un zombi.

6- El día a día es lo más importante

Nunca ha sido raro en la historia de la literatura, llámenla los críticos juvenil o no, centrarse en la épica. Sí lo ha sido el aparente desprecio que cierta literatura juvenil reciente le ha cogido a la cotidianidad. Ya he perdido la cuenta de los héroes que al principio viven en tugurios donde no se los quiere o eran poco menos que el tonto del que se ríen todos hasta que una situación peligrosa revela su verdadero heroísmo. Y dicha situación peligrosa suele ser, no acabo de entender cómo, una amenaza mundial. Ese es el caso cuando el héroe es (supuestamente) alguien corriente y moliente, a veces los héroes no empiezan en la casilla de la cotidianidad porque son gente guapa: nobles y otros gandules por el estilo.

Harry Potter se encuadra claramente en el primer modelo, mientras que en Juego de Tronos la gente corriente y moliente, alejada de las "grandes intrigas palaciegas", sólo está para que la maten y poner cara de gilipollas mientras una panda de nobles folla y conspira con menos astucia que el famoso Chapulín Colorado. Perdón, retiro esto último, es ofensivo hacia el gran Chespirito.

Pues oye, en las obras de Rumiko la cotidianidad importa. De poco sirve ser muy poderoso, si no se sabe actuar con civismo en la casa de alguien, por poner sólo un ejemplo. Ranma no es sólo un tío muy fuerte, también sabe que hay que actuar con educación (a veces). Aunque Urusi Yatsura es un ejemplo aún más claro: el último arco va precisamente de una amenaza mundial cuyos protagonistas son Ataru y Lamu... ¡porque hacen el gilipollas y no quieren tragarse su orgullo para ayudar al prójimo!


Diez días estuvo así la Tierra mientras estos dos estaban con su rabieta. ¡Qué hostia tienen!

Es decir, quien es buena gente, probablemente lo será en todas las circunstancias, incluso en las más conflictivas. Si alguien es un poquito gilipollas, lo más probable es que también lo sea cuando estalle una crisis. Y me parece ser frívolo con el terrible fenómeno del maltrato infantil que sea un punto de partida tan usado para construir un héroe, máxime cuando encima por detrás se huelen para según qué extrañas filosofías egocéntricas. Justo es decir que al menos Harry Potter no cae ahí.

Por cierto, no puedo dejar de decir que me asombra que la gente hable mucho de que una obra sea "representativa" cuando, como he indicado anteriormente, un número de obras infantiles y juveniles tienen protagonistas de sangre azul. En algunos clásicos como La isla del tesoro, Mujercitas o incluso Peter Pan, son chavalillos normales y corrientes.

Seguramente esto es una consecuencia de que los autores actuales están obsesionados con hablar de temas "importantes", lo que deja poco lugar para que parezca verosímil que un pipiolo de quince años acabe destacando en una guerra mundial si es un mindundi. Pero, seamos honestos, ¿a cuántos de nosotros nos va a tocar decidir sobre asuntos de importancia mundial! ¡Ya tendremos suerte si llegamos a ser conocidos a nivel municipal! Mejor, me parece a mí, concentrarse en el día a día. De hecho, me pregunto si toda esta narrativa de grandes héroes que resuelven siglos de conflictos no será un factor, aunque haya muchos más, de la neurosis que me parece notar en la actualidad, en especial por parte de gente que ve que su vida se les escapa sin remedio. ¿Y sabéis en qué obras se avisa de que la vida normal es problemática y a veces hay que luchar como sea? ¡Exacto! ¡En los clásicos que he mencionado antes!

7- Los objetos comunes pueden ser los más útiles

Una de las peores tonterías de la fantasía es la obsesión por las cacharras mágicas. En parte, no deja de tener sentido: sería muy aburrido que el héroe tuviera que pararse en cualquier pueblo para reparar la espada, que se le ha roto.

Espera... ¡¡Que eso ya ocurre!! ¡Anda que no habré leído ya muchos guiones que giran alrededor de que la espada mágica se rompe! ¡¡Y de hecho una de esas veces fue una obra de Takahashi!!


Espada que, además, es en realidad un colmillo de su padre. Este era así:


Ahora que lo recuerdo, lo que me acabó aburriendo de Inu-Yasha fue el temita de los sucesivos poderes que adquiría la dichosa espada, más numerosos que el brazo-pistola de Megaman... Pero, ironías de la vida, las dos primeras obras de Takahashi muestran que tampoco hace falta ir armado hasta los dientes para sobrevivir.

En Urusei Yatsura, el argumento muestra bastantes objetos peculiares, esperable en una parodia del space opera. Pero la realidad es que el buen uso de esos objetos viene, cómo no, determinado por el buen juicio de los usuarios. De un modo un poco predecible, no pocas veces a Ataru le sale el tiro por la culata con los aparatos que le deja Lamu, porque entre que el muchacho valora tan poco el esfuerzo como Nobita y que lo dominan la lujuria y la avaricia, pues suele acabar peor que cuando empezó. La propia Lamu es a veces víctima de sus mismos objetos a pesar de ser bastante más lista, porque nunca aprende que no hay atajos en la vida.

En contraste, las mejores armas que Ataru encuentra en toda la serie son una vulgar raqueta e incluso una sartén, pues le sirven para evitar que Ten-chan lo deje carbonizado. Y decirle a la gente que hay un burro volando.


Respecto a Ranma 1/2, la mayoría de protagonistas han sido entrenados desde pequeños en técnicas de combate, lo que explica que sepan de armas un montón y se hayan habituado a no hacerles ascos a cualquier herramienta útil. Hasta en cierta ocasión, Ranma hizo como Ataru:


El chiste ya lo dice el propio bicho de turno.

Y mira, me encanta, porque demuestra que el héroe también es fuerte sin armas y además ingenioso. Siempre que aparece el tema de las armas mágicas, la audiencia se pregunta si el héroe no será un pollas cualquier que abusa de su rival, sea malvado o no, con tecnología superior. Hasta en la película Excalibur salió el asunto cuando Arturo usó la magia de la epónima espada para derrotar el pobre Lancelot.


Con espadas mágicas, ¡cualquiera gana!

Y mañana, las tres últimas.

P.D: Referencias:
Niña con kimono.
That's Spanish for no.
Escritores cipotudos.
El resto de imágenes procede de KissManga.

martes, 20 de febrero de 2018

Por qué me gustan las obras de Rumiko Takahashi (1).

El siguiente texto es, espero, un discurso esmerado con otros dos, formando una trilogía. Más que nada, porque ha nacido por feos sentimientos: el estar hasta los huevos de ver a los aficionados más pesados de Harry Potter y Juego de Tronos dar el coñazo con los supuestos valores de ambas series. Iba a escribir "hartura", pero creo que "estar hasta los huevos" es más honesto. A mí, a priori, me parece muy bien que la gente lo pase bien y dedique su tiempo libre a elaborar sesudas teorías sobre sus personajes favoritos, pero desde que ciertos grupos políticos decidieron aprovechar el éxito de ambos universos de ficción para atraer de manera poco disimulada a no pocos jóvenes, parece que se han convertido en los únicos referentes válidos para la juventud. Por ello, se los cita ad nauseam como si fueran condición sine qua non para lograr pasar por moderno y actual.

También tengo que admitir que me molestaría menos esta absurda moda si no fuera porque los argumentos más oídos son muy bobos. El supuesto realismo de Juego de Tronos lo resumo yo en que, en ese mundo, los hombres morenos jamás tienen hijos rubios. ¡Curiosa genética! Sobre Harry Potter, algunos de sus méritos no sólo estaban ya en los tebeos de Rumiko, sino que incluso estaban mejor desarrollados y vapulea con energía con varios años de adelanto al pijo británico. De todos modos, decidí ampliar mi crítica a otros aspectos del mundillo cultural en general, como se notará en los tres últimos puntos.

Aquí vienen los puntos 1 al 4.

1- Takahashi ya se reía del sexismo.

Empiezo fuerte, pero debo aclarar primero qué entiendo por esto, porque Ranma 1/2 de Takahashi es muy conocida por el destape a tutiplén... De ambos sexos, además. Básicamente, muchas veces se ha reído de los papeles que se reparten en Japón a cada sexo... Cuando son forzados o escoden hipocresía. Por ejemplo, ¿por qué Oyuki, que en general parece una Yamato nadeshiko (anque extraterrestre), es representada de modo favorable...?


¿...Mientras que lo contrario se reserva para la aparentemente similar Ran? Pues porque está fingiendo. La verdadera Ran es la de la imagen de la derecha.


No hay que darle de comer después de medianoche.

No es que Oyuki se esfuerce en hablar educadamente a la gente. Es que a ella le gusta. Ella es así. Ran, por el contrario, se esconde bajo una apariencia ñoña para ocultar que tiene mala leche y es una resentida de tomo y lomo.

Por eso la muy brusca Ben(zai)ten es presentada también de modo favorable: porque esa es su verdadera personalidad y no es tóxica con su prójimo. En otras palabras, a Takahashi le parece que cada cual debe actuar como le dicte su corazón siempre y cuando no sea dañino. ¡Y que le den a los tópicos si son un obstáculo! Pero no acaba ahí la cosa, porque también plantea la situación contraria. ¿Qué pasa cuando se intentan forzar los tópicos de un sexo sobre alguien del otro? En efecto, también está mal. Así ocurre con Ryunosuke. 


Con semejante padre, lo raro es que no se haya dedicado a algo realmente malvado.

Y sobre juzgar a la gente según su sexo, pues Ranma Saotome es el ejemplo con mayúsculas. Casi nunca se comenta que Ranma jamás es mejor o peor moralmente cuando se transforma en chica. Si actúa bien o mal depende de lo que esté haciendo exactamente.

Así que nadie me venga con que Hermione o la khaleesi (¡Anda! Lo he escrito bien a la primera) son revolucionarias, que ya hubo antes críticas con mucha más gracia y lucidez.

2- Nadie es perfecto... y tenemos que saber vivir con ello.

Una de las cosas que más me tocó las narices de lo poco que vi de Harry Potter (las tres primeras películas y porque me aburría), y que también se las tocó a varios de sus seguidores, es que el protagonista y sus satélites sean unos buenazos entre tontorrones y condescendientes. En contraste, Rumiko Takahashi ya nos mostraba protagonistas con bastantes fallos. A ver, repasemos:

-Ataru es mujeriego, envidioso, vago y un aprovechado.
-Lamu es bruta y rencorosa.
-Ten-chan es un mujeriego principiante que se esconde bajo su apariencia de niño bueno.
-Shinobu va de niña modosita cuando es una bruta que va tirando ficha al primer marido conveniente que pase por ahí.
-Shutaro Mendo es también mujeriego. Para colmo, es un clasista que está todo el día presumiendo de que es millonario.
-Ryoko da miedo y es una psicópata incipiente.
-Rei es idiota, tragón y no acepta que Lamu lo enviara a freír espárragos.
-Oyuki es tacaña y agarrada como pocos, no hablemos ya de su carácter frío.
-Benten es macarrilla.
-Ranma sólo sabe expresarse con puñetazos y no duda en engañar a gente bondadosa para salirse con la suya.
-Akane es violenta y tiene mala tendencia a malinterpretar lo que le dicen cuando se cabrea.
-Shampoo es egoísta y hace lo que le da la gana sin preocuparse de afectar a otros.
-Mousse es un resentido y bastante envidioso.
-Ryoga juega a dos bandas y es bastante hipócrita cuando le conviene.
-Nabiki es una avariciosa de tres pares, además de chantajista.
-Genma es quien ha enseñado a su hijo a expresarse con puñetazos, aparte de ser en general un sinvergüenza.
-Ukyo juega a la niña buena para quedarse con Ranma.

Y mejor lo dejo, porque excepto dos o tres, todos tienen su ración. Pero lo más gracioso es que todos los personajes que he mencionado más arriba también tienen sus partes buenas....

-Ataru hará cualquier cosa para defender a una mujer y nunca le ha negado un buen gesto a seres entrañables.
-Lamu es en general buena persona y es consciente de que alguna vez se ha pasado de la raya.
-Ten-chan es bondadoso en el fondo.
-Shinobu es estudiosa y afable si no la ofenden.
-Shutaro nunca disfruta del mal ajeno y alguna vez les hace un favor a los demás.
-Ryoko no es malévola con los animales ni con sus compañeras de escuela.
-Rei defenderá a sus amigas de cualquier peligro.
-Oyuki se preocupa del bienestar de sus súbditos y de sus amigas.
-Benten es honesta y bienintencionada.
-Ranma siempre defiende al más débil de los abusones y tiene un código de honor cuando el asunto no le afecta.
-Akane es en general buena persona.
-Shampoo es maja y tiene mucha chispa.
-Mousse no dudará en hacer cualquier cosa por Shampoo.
-Ryoga no suele recurrir a engaños y es por lo general cándido.
-Nabiki no duda en defender a su familia.
-Genma no deja de ser un guerrero con cierto código de honor.
-Ukyo curra duro y se mantiene ella sola, con un negocio honesto.

Y mirad, resulta que Takahashi insinúa que estimular los puntos buenos de una persona es aconsejable. Y si alguien es demasiado malvado, quizás lo mejor es simplemente dejarlo estar. Vamos, que ya reconocía la necesidad de alejarse de seres tóxicos, como los llaman hoy en día. De hecho, es interesante decir que al menos en estas dos obras es difícil encontrar a un villano sin fisuras, es decir, el típico malo que es malo por devoción.

Juego de Tronos sale mejor parada aquí, aunque hasta cierto punto se puede pensar que en especial los nobles malvados se hacen poco verosímiles porque en ese mundo no existe la rebelión campesina por extrañísimas razones. De eso hablaré con más detalle en un punto posterior.

3- Tus actos te definen

Mucho se ha discutido de Rumiko Takahashi como dibujante. Suele ser lugar común que todos sus personajes son idénticos, sólo diferenciándose por el pelo o por su físico. Y es que Shampoo y Lamu podrían ser primas.


El comentario anterior era un aleatorio del MaG (pocos entenderán el chiste).

Como ocurre con todas las explicaciones fáciles, no es completa. Al principio, en sus obras noveles, Takahashi sí experimentaba y hacía varios tipos de caras para los personajes jóvenes. De hecho, al principio del manga de Urusei Yatsura, Ataru iba con unos tipos de los que sólo quedó Kosuke Shirai como recuerdo. El anime los rescató y suelen ser denominados la Patrulla de Lum (en realidad, Lum's Stormtroopers, por los soldados imperiales de La guerra de las galaxias).


Ojalá un crossover con los Fruitis (eso es una tontería aleatoria).


El Patillas, el director y el padre de Ryuonosuke son otros restos de esta primera etapa.

Después, conforme fue evolucionando, Takahashi mejoró en la consistencia de sus personajes, aunque a cambio sus rostros se volvieron bastante clónicos, aparte de ser bastante inconsistente en sus diferencias de estatura, dándose el frecuente caso de que, cuanto más mayor, más alto es un personaje.

Sin embargo, por otro lado tiene una ventaja: como todos tienen el mismo careto, lo que los define como buenos, malos, neutrales o indefinidos son sus actos.

Ni siquiera en Inu-Yasha, donde aparecen demonios, se puede decir con total seguridad que ser guapo o feo es garantía de ser bueno o malo, respectivamente. Algunos de los demonios que se han cargado Inu-Yasha y su grupo eran gente guapa, mientras que algunos de sus aliados sobrenaturales son más feos que el conocido Picio. Esto contrasta mucho con otros mangas, donde los buenos están buenorros y los malos parecen cucarachas.

Juego de Tronos se salva algo más que Harry Potter, pero tampoco se puede decir que los protagonistas sean feos.

4- Tus actos importan bastante más que los de tu grupo

Este era el sexto punto en el borrador, pero me parece que va mejor aquí, tanto por continuidad temática como porque el cuarto punto original es demasiado extenso. A mí una de las cosas que más me sorprendió de Harry Potter es eso de que, cuando llegan Harry y sus cuates a la famosa escuela cuyo nombre ya es harto conocido, les asignan una casa (he tenido que buscar cómo se llamaban). Luego, me enteraría de que es una práctica común en las escuelas pijas británicas: a los estudiantes se les asigna una casa y se dedican a competir por la gloria de sus correspondientes casas (con razón los británicos son tan cabrones).

Aún más me sorprendió a mí que en ese universo se acepte que los malos pertenezcan a una casa y se admita como cosa natural. Pero lo que me dejó asombrado fue que a la gente le encantó toda esa mierda. No daba crédito. Pero todavía más me sorprendió que Ron, el amiguito inútil de Harry, se cabreara con el niño de la frente energética cuando este demostró que podía hablar con serpientes. ¿Por ser un atentado contra la razón? ¡No, hombre! ¡¡Porque es una habilidad de Slytherin!!


Admítelo, mezquino. Lo que te da envidia es que Harry sea quien recibe todos los poderes, ¿eh?

Fascinante, eso de que en el mundo mágico o como se fuera haya competencias en las habilidades. Puedo entender que se agrupe a los alumnos por encesidades académcias... Pero es que aquí pertenecer a Griffindor o a Slytherin no es simplemente un accidente como que yo fui a 4º F cuando cursé la ESO (¿O era G? ¡Y qué me importa!), ¡¡es un hecho que revela cosas de tu personalidad!! Si vas a Griffindor, eres muy valiente, si vas a Slytherin... Mejor me abstengo de continuar.

Una vez más, esto refleja el hecho de que los pijos británicos que van a esas escuelas suelen, cuando se encuentran y debaten (gente tan "in" no hace algo tan vulgar como charlar), suelen decir no sólo si fueron a Eton u Oxford, sino incluso en qué casa residieron. Incluso es costumbre enrolar al alumno en la misma escuela a la que perteneció su padre, para que así ambos puedan decir que estudiaron en PijusHicus. ¡Así se entiende la insistencia de los Weasly en que sus hijos sean Griffindor!


-Hijo mío, ¿cómo va la cosa por Hogwarts?
-Pues sigo siendo el mierdaseca que ponen al lado de Harry para que parezca todavía más molón. Sigo haciendo el garrulo delante de Hermione para que se note aún más quién es la lista de los dos. Aparte, Hogwarts sigue siendo escenario de extrañas conspiraciones que acaban con algún alumno muerto y con nosotros tres, no me preguntes cómo, metidos en follones del carajo.
-¿Pero sigues estando en la casa de Griffindor?
-Pues sí, pero casi como si no es estuviera, ¿eh?

Y miren, a mí esto me recuerda a la obsesión de ciertos padres de los países de Oriente con la universidad en que estudiarán sus hijos. En países como Corea del Sur, la ha habido en tal grado que dos tercios de la población joven tienen título universitario, lo que ha llevado a que ser licenciado no sea en absoluto importante. Unas generaciones que, para resumirlo, habrán estudiado de manera inaudita en toda la historia para al final comerse casi la tercera parte de licenciado una mierda como un camello. Se ha creado tal sistema que no importa ya si en el momento de solicitar entrada en la universidad estás bien preparado, sino haber ido a tal instituto y a su vez a tal colegio, porque el número de preparados excede al de plazas con creces.

¿No será más importante concentrarse en los méritos particulares de cada cual? Porque incluso en trabajos que algún "intelectual de izquierdas" (léase un pequeñoburgués que venera a Foucault) tacharía de degradantes, se ven muestras de brillantez. Véase People Are Awesome en YouTube.

Respecto a Juego de Tronos, pues ahí se podría alegar que intenta, bien que de manera estereotipada, una sociedad "medieval" en la que el concepto de individuo todavía no estaba bien definido... Pero no deja de sorprenderme que la extensión de la obra no sea aprovechada para presentar a multitud de secundarios más allá de un retrato prototípico de su estatus social. ¡Y pensar que sólo en 1000 páginas, Olvidado rey Gudú sí lo logra!

No pasa así en las obras de Rumiko: aunque a veces se pueda establecer una generalidad según el sexo o la clase, cada cual es único y tiene sus rarezas. Hasta los secundarios las tienen, que ya es amor por el detalle. De hecho, en lo que se refiere a tener habilidades que se podrían pensar adecuadas para tal o cual grupo, no ponen problemas. Que Ran sea una extraterrestre no le impide ser brillante en la cocina terrícola ni ningún personaje de Ranma 1/2 le hace ascos a una nueva técnica si le resulta útil. En resumen, una vez más, importa quien sea uno, no cómo te clasifiquen en una escuela para atontados.

Y paro aquí, mañana los tres puntos siguientes.

P.D: Se enlazan tanto las imágenes como los artículos de la entrada.
Oyuki.
La primera de Ran.
La otra de Ran.
Ryunosuke contra su padre.
Shampoo contra Lamu.
La patrulla de Lamu.
Las imágenes del Patillas, el Director y el padre de Ryunosuke son recortes de imágenes de KissManga.
Ron.
Artículo sobre el clasismo en Inglaterra.
Artículo sobre la competencia académica en Corea del Sur.
Ron y su padre.