miércoles, 20 de septiembre de 2017

El día que Alfonso X el Sabio habló en inglés.

A estas alturas es un tópico, pero en España tenemos numerosos complejos y carencias. Entre ellos, el de la lengua es uno de lo más claros: tenemos la idea de que fuera de España, prácticamente todo el mundo habla inglés de puta madre, lo que es una media verdad como tantas. De media, el conocimiento del inglés es mejor, sin duda, y hay más hablantes con un dominio más que aceptable del idioma... Pero un buen pedazo de la población mundial es monolingüe y preferirá su lengua materna.

Pero en ningún caso se afirma que el bilingüismo significa que haya que abandonar paulatinamente el idioma nativo, nacional o el que toque (no vaya a ser que, sin pretenderlo, hiera aquí la sensibilidad lingüística de algún extranjero). Al menos que yo sepa, porque, como dijo el torero, "hay gente pa'tó" y quizás haya algún birmano que quiere que todos los birmanos hablen otro idioma en vez de birmano por razones abstrusas. En el caso español, al menos, sí que he oído casos así, de gente que propone que hablemos inglés y dejemos de lado el español porque así seremos más modernos. A este tipo de individuo se le ha acabado llamando guanabí con toda la mala intención del mundo, pues es una adaptación del término "wannabe", que vendría a ser "advenedizo" o, como prefiero yo, "pobrecito acomplejado".

El caso es que recientemente he conocido de un caso bastante más chocante de lo que un pobre diablo con demasiados pájaros en la cabeza puede llegar a provocar. Resulta que la editorial Anaya ha sacado libros de texto de lengua castellana, para 2º de la ESO, en inglés. Como lo leen ustedes. Aquí vienen los dos tuits que se hacen eco de la extravagancia.


Como bien insinúan ambos, citar a Alfonso X el Sabio en inglés, en un libro pensado para alumnos hispanoparlantes es algo que parece propio de una comedia muy disparatada. El mismo rey que propuso que era mejor escribir en castellano por ser la lengua nativa de su reino, ha sido traducido en otro idioma para que los alumnos del futuro aprendan mejor ese idioma que la evolución de aquel que este rey defendió. Esto no se lo habría imaginado ningún satírico de entonces, y casi que habría que crear el anti-Cervantes o algo así para apreciar en justa medida el disparate.

Quizás es que soy yo un poco gilipollas, pero creo recordar que en todos los libros de lenguas extranjeras que he poseído a lo largo de mi vida, y han sido muchos, lo más natural era que el libro de inglés, francés o alemán estuviera en su totalidad en el idioma que se enseñaba y no en otro. A lo mejor yerro, pero lo dudo porque tengo una buena memoria. Sólo recuerdo un texto en español, destinado para aclarar detalles difíciles y además creación del profesor de la asignatura.

Todavía más extraño y peculiar me parece este caso, pues en los anteriores casos se enseña el idioma tal como es en la actualidad, sin pararse en estudiar su historia y literatura más significativa. Pero en la clase de lengua nativa (P.D.) SÍ se estudia y resulta relevante mostrarle al alumno la diferencia que hay entre el castellano del Rrey Sabio (correcto, a veces se escribía "rrey") y cualquiera de sus variedades actuales. Pues no en el ejemplo anterior, en el que además podemos apreciar que el inglés es muy moderno y actual (lógico, por otro lado). Así que si algún día el pobre alumno que quiera leerse las quoted Partidas de Alfonso X, se encontrará con la sorpresa de que la ortografía medieval era flipante, ni más ni menos. No quiero tampoco imaginar qué pasará en el capítulo, si se incluye por otro lado, en que se hable de cualquiera de los autores que escribían reflejando el habla coloquial. ¿También en un inglés correcto y moderno o quizás se usen contracciones y otros recursos del inglés coloquial? Mira, casi que prefiero permanecer en la ignorancia.

Este suceso me confirma una idea que tenía yo sobre el carácter español: lo que nos caracteriza no es ni la belicosidad, ni la cultura, ni siquiera ese supuesto carácter alegre y dicharachero que les vendemos a los guiris-y perdónenme el coloqualismo aquel guanabí a punto de morirse de la vergüenza pero que sabe qué es woke-, ¡para nada! Lo que nos caracteriza es el fanatismo... relativo. Quiero decir, cuando a los españoles nos da por algo, lo mentaremos hasta en la sopa, pero con el tiempo se nos pasará la tontuna y nos dará por alguna nueva chorrada. Somos un pueblo caprichoso e inconstante, y diría que nos gusta serlo para así nunca plantearnos nuestros problemas más serios.

Pero bueno, ya verán ustedes cómo la semana que viene estamos con una nueva chorrada.

P.D: Parece ser que el citado libro es de Ciencias Sociales y no de Lengua y Literatura Castellana, como había pensado. sigo pensando que es algo extraño, pero vaya allí el aviso.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Últimas noticias respecto a Thrylos.

Algunas, me temo, no son buenas. ¡Otras son fantásticas!

Durante el verano, intenté crear algunos editores para mi juego. El problema está en que subestimé la dificultad de la tarea. He podido hacer uno para los niveles, pero ahí se acabó. Para abreviar, se debe a la combinación de haber tenido menos tiempo para usar el PC, de no parar a tiempo antes de imaginar situaciones demasiado complejas y de haberme divertido de lo lindo (Trails in the Sky, ¡ejem!).

Desde el comienzo, he tenido esta tendencia a pensar en situaciones complejas, porque considero que Thrylos ganaría mucho con un buen editor de niveles. Sin embargo, mis ambiciones fueron demasiado grandes y además me puse un plazo menor del acostumbrado, ¡en la situación menos aconsejable!

Pero también hay buenas noticias. Después de probarlo, he decidido usar el motor Godot. Cuando más dubitativo me hallaba yo sobre si continuar con los editores, mi amigo Daniel Robledo me reveló su existencia. Y parece funcionar bastante bien.

Sabía sobre motores, pero no me sentía decidido a emplear ninguno en concreto. Sin embargo, este es bastante reciente (la primera versión estable Godot 2 apareció en febrero del año pasado) y lo primero que encontré en Internet era precisamente lo que me dejó frustrado. Ambos hechos me inclinaron a darle una oportunidad.

Así, considero que debo seguir trabajando hasta obtener una nueva versión. De momento, puedo decir que el juego está mucho mejor animado en Godot y estoyy alcanzando el punto en que alcancé en Python. Estos años me han enseñado lo básico de programar, que seguiré usando con provecho. Además, Godot incluye 3D y es buen momento para empezar. Pygame no está en verdad pensado para las 3D , por lo que consideré el motor Ogre como una alternativa.

Y con eso, me vuelvo al trabajo...

P.D: Uso MacAfee y, por alguna razón, detecta la página de descargas de Godot Engine como peligrosa. Godot se puede descargar desde Steam (es lo que he hecho), pero siempre viene bien advertir.

Last news about Thrylos.

Some aren't good, I fear. Others are fantastic!

I tried during summer to make some editors for my game. The problem is that I understimated the difficulty of the job. I have been able to make one for levels, but that's all. In short, it's due to the combination of having had less time to use the PC, of not refraining from thinking complicate scenarios and from having too much fun (Trails in the Sky, ahem!).

I have had this tendence of thinking in complicate situations, likely because I think that Thrylos would be great with a good level editor. However, my ambitions were too high and it's also fair to admit that I put myself a shorter deadline in the least recommendable situation.

But there are good news too. After testing it, I have decided to use Godot Engine. When I felt somewhat hesitant about if continuing with the other editors, my friend Daniel Robledo revealed me its existence. And it seems to work quite fine.

I knew about engines, but I wasn't very determined about which one to choose. However, this one is pretty recent (Godot 2 reached stability in February of last year) and the first things I found on the net were exactly the same things that had left me frustrated. Both facts made me feel inclined to give it a try.

So, it's mandatory for me to work in this until I can get a new version. For the moment, I can say the game is way better animated in Godot and I'm reaching the point that I achieved with Python. These years have taught me the basics of programming, which I can continue putting into good use. Also, Godot Engine includes 3D and it's a good moment to start. Pygame isn't really designed for 3D, so I was considering Ogre engine as an alternative.

And so, I'm back at work...

P.D: I use MacAfee and it detects, for some reason, the download page of Godot Engine as a dangerous one. You can download Godot from Steam (that's what I did), but I think it's better to give this adversiment.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Admiración contra devoción.

Por julio, Mario Donato me pidió que desarrollara un tema que al menos a mí me preocupa un poco: la tendencia existente a admitir devoción por figuras cada vez más superfluas y recientes. El contexto en este caso es una ópera que van a hacer de la vida de Steve Jobs. Es necesario recordar que como mínimo ya hay dos películas sobre el mismo caballero. Que Jobs era un hombre admirable, no lo negaré, pero ya se está alcanzando el nivel del ridículo absoluto.

Pero su caso no es ni mucho menos único. Si uno echa un vistazo a la tele, a los diarios, a según qué revistas, uno encuentra expresiones que sólo habría esperado encontrar dentro de una iglesia. Seres humanos tratando a otros seres humanos como si fueran enviados del cielo, dioses más allá de la comprensión de los mortales.

El fenómeno no es precisamente nuevo. SuperSantiEgo ya comentó en su blog el caso del devoto literario: aquel que hace de un escritor su divinidad particular y se dedica a ensalzarlo en palabra, obra y espíritu... Para asombro e irritación del prójimo. Señalaba también que, si bien este tipo de actitud es propio de la música, donde el término fan se oye con mucha frecuencia, sin embargo se empezaba a notar en otros ámbitos y que gente como Richard Dawkins ya empezaba a tener sus propios devotos.

¡Qué corto te quedaste, Santiago! Ahora vemos bien claro que no sólo es que a los famosos les salgan feligresías así como de la nada, sino que algunos personajes con ambición de fama suelen empezar su carrera mediante un sondeo de la población, no sólo en el sentido tradicional del márketing, sino que también buscan el perfil de sus posibles devotos.

Lo peor es que este problema se encuentra en los diarios y secciones "culturales", los programas de música, y los blogs más variopintos. ¿Cuántas veces hemos leído una entrevista en que sólo faltaba que el entrevistador se arrodillara ante un poeta? Muchas veces nos intentan vender los polémicos puntos de vista de Agapito Cagaflores o quien toque como nueva vaca sagrada de los que están en contra de las vacas sagradas "oficiales", pero pocas habré visto en que alguien defendía las ideas de alguien porque le parecieran simplemente correctas.

Luego, la gente culpa a los YouTubers o a los frikis que salen en Gran Hermano, pero la verdad es que ya existía el germen del problema. ¿Qué es, si no, Fernando Vallejo? ¿En serio los patéticos ataques a la física de este agitador de taberna son cultura, pero no las naderías de un terraplanista? ¡Anda a cagar a la vía!

Y como a todo el mundo le gusta que le digan elogios, pues se extendió a otros ámbitos. A mí uno que me causa especial lástima es el de Albert Einstein. Que este señor era genial, no cabe duda, pero jamás habló del cerebro humano en términos de porcentajes, aunque los devotos de la cienciología insistan en que sí. En el caso de la tecnología, pues ya hemos mentado a Steve Jobs, quien también acabó por ser víctima del culto alrededor de su persona. Es interesante que este fenómeno se extiende con la palabra "artista": si alguien puede ser llamado así, es muy probable que le salgan devotos. Los deportistas son otro ejemplo, no hay más que ver la reacción de algunos hinchas cuando su jugador favorito se cambia de camiseta o se ven imputados por fraude fiscal.

No hablemos de la frase "O lo amas, o lo odias". Pues dependerá de qué, porque hay declaraciones que no merecen ni una pedorreta de burla, con franqueza. Puedo admitir que hay obras que, por la mala leche que destilan, se resisten a un análisis racional, pero tampoco lo imposibilitan. Ahora que lo pienso, ese es el quid del devoto: necesita tener una salida a sus sentimientos y la religión no se la da. Como también dice SuperSantiEgo en su entrada, allá aquel que quiera rendirle culto en la privacidad de su casa a su autor predilecto, pero en público que se porte con decoro.

Aquí había escrito yo otro texto, pero lo he borrado porque, primero, hablaba de un hecho cuyos detalles no recuerdo bien, segundo, porque ha pasado algo que se complementa muy bien con la frase comentada al principio del párrafo anterior. Resulta que Shen, el autor de Owlturd, ha caído en mal estado anímico por culpa de las críticas salvajes que ciertos individuos le dedican continuamente. Básicamente, Shen tiene un hatedom: el opuesto del fandom, y a veces peor. Y no sólo lo incluyo aquí porque ambas posturas sean igualmente irracionales, sino porque he detectado que un devoto, sin importar a quien adore, tiene una tendencia inusualmente agresiva hacia otras figuras públicas que no vea dignas de sus sentimientos.

Por eso, aquí humildemente propongo que recuperemos la cordura y recuperemos la admiración como sentimiento apropiado hacia quienes nos sombran con su gran trabajo.